lunes, 27 de abril de 2009

Conceptos médicos aplicados a la economía por un ingeniero

En medio de la crisis económica-financiera que afecta al mundo, hoy una noticia se ha abierto paso en los medios de comunicación desplazando la atención de la crisis. La gripe porcina que afecta a México genera preocupaciones en la comunidad científica mundial que se esfuerza por controlar su rápida expansión. Estamos en presencia de un virus que de no controlarse podría desatar una pandemia global.

Medicina y economía se combinan para captar la atención del planeta y este ingeniero no podría ser la excepción, así que investigando de manera curiosa sobre los virus y su comportamiento, pero sin perder la atención sobre el desenvolvimiento de la economía, he descubierto un curioso parecido entre los virus y la crisis de los activos tóxicos, así que haciendo uso de la descripción de virus de Wikipedia he descubierto lo siguiente:

Un virus (de la palabra latina virus, toxina o veneno) es una entidad biológica que para replicarse necesita de una célula huésped.

Los virus tienen por objetivo básico producir copias de sí mismos en gran cantidad y en los organismos pluricelulares, si suficientes células mueren, todo el organismo empezará a verse afectado. Haciendo un símil con la medicina, podríamos considerar a las células como los países, por lo tanto el mundo podría considerarse como un organismo pluricelular, así que cuando las células (los países) empiezan a ser atacadas(os), la enfermedad (la crisis) se propaga de la misma manera que se propagó la crisis financiera de los activos tóxicos, por lo que podríamos llamar al virus que afecta a la economía mundial como el virus de los activos tóxicos.

La transmisión de los virus es clasificada por la epidemiología viral como vertical, es decir de madre a hijo, u horizontal, de una persona a otra, por lo que podríamos catalogar al virus de los activos tóxicos como un virus que se propaga de forma horizontal, ante lo cual, a medida que exista mayor contacto entre los individuos mayor será el riesgo de expansión de la enfermedad. La tasa o velocidad de transmisión de las infecciones virales depende de varos factores que incluyen, entre otros, a la densidad de población y al número de individuos susceptibles (es decir, aquellos que no son inmunes), por lo tanto, cuando hay una alta proporción de portadores en una población, se dice que la enfermedad es endémica. Considerando esto, podríamos pensar que la globalización incrementó el contacto entre las economías de los países (células) originando la pandemia, por lo que podríamos concluir que en la medida que controlemos la dependencia (o contacto excesivo) de las economías podremos evitar la expansión de nuevos virus.

Algunos virus pueden causar infecciones crónicas, en las cuales el virus sigue replicándose en el cuerpo, a pesar de los mecanismos de defensa del huésped. En el caso del virus de los activos tóxicos a pesar de las ayudas financieras (mecanismos de defensa del sistema) la enfermedad no ha podido ser detenida y continúa propagándose.

Puesto que los virus utilizan la maquinaria de una célula huésped para reproducirse (la economía de los EEUU) y residir dentro de ellas, son difíciles de eliminar sin matar a la célula huésped. Los enfoques médicos más eficaces para combatir las enfermedades virales son las vacunas que proporcionan resistencia a la infección, y los medicamentos antivirales que tratan los síntomas de las infecciones virales. Si aplicamos este concepto a la pandemia que afecta a la economía mundial, tendremos otro elemento que nos lleva a pensar que las medidas adoptadas por las principales economías mundiales, no son más que una vacuna, la vacuna del G-20, para hacer resistir al sistema (el capitalismo). Sin embargo, y como lo plantea la medicina, esto representa un paliativo y no ataca el problema de raíz, que como se dijo anteriormente se resolvería destruyendo a la célula huésped que originó a la enfermedad, es decir el modelo consumista que tiene su origen en los EEUU.

Los virus pueden también existir dentro de un organismo relativamente sin efectos, a esto se le llama estado latente. Podríamos considerar entonces a la explotación del hombre como un virus en estado latente que pueden evolucionar por selección natural mutando cuando es superada la enfermedad (la crisis). La forma de explotación que origina la crisis es neutralizada pero el virus continúa en la búsqueda de otros medios de propagarse cambiando de forma hasta conseguir afectar de nuevo a las células, esto origina el estallido de otra crisis, enfermando de nuevo al organismo. Este comportamiento coincide con la explicación que le diera el economista ruso Kondratieff a los ciclos económicos.

CONCLUSIONES:

La eventual superación de la crisis está fundamentada en medidas paliativas que no garantizan la salud del sistema y la única solución de fondo al problema es acabar con el modo de producción capitalista, de lo contrario estaremos viviendo en una especie de estado latente en donde sólo se superan las crisis de manera cíclica pero no definitiva.

En medio de esta suerte de sube y baja, la globalización ha servido de vaso comunicante para la rápida expansión de las crisis, por lo tanto el control de la interdependencia de las economías (globalización) evitará el contagio de crisis futuras hasta tanto no se le de paso a un nuevo modo de producción.

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