martes, 18 de octubre de 2005

Muchos años le quedan al petróleo

n los últimos días se ha escuchado hablar de que estamos a las puertas de una gran penuria mundial de petróleo y que producto de esta sensación los mercados reaccionan al alza desmesurada de los precios.

Ante esta hipótesis hay varios puntos que aclarar, el primero de ellos en referencia al mito de que los precios del petróleo están altos. Posiblemente esto sea cierto si hablamos en términos nominales pero jamás en términos reales y para mostrar más claramente lo que esto significa vamos a tomar como ejemplo un cálculo del precio del petróleo basado en el valor del dólar en el año 2004. Para ese año el precio promedio de un barril de petróleo Brent del mar del Norte fue de $38,27 que si lo comparamos en valores constantes con otros años encontramos que en 1980 (época de la revolución Iraní) el valor del crudo superó en 2,15 veces el valor del año 2004 y en 1864 (boom petrólero de Pensilvania) fue 2,55 veces mayor. En lo que va del año 2005 el precio promedio del barril de petróleo esta en $52,56 lo que quiere decir que todavía los precios tendrían que subir 57% de su valor actual para alcanzar los niveles de 1980 y 87% para alcanzar los niveles de 1864.

El segundo punto importante a aclarar tiene que ver con el nivel de reservas actuales con que cuenta el mundo. Haciendo otro ejercicio matemático encontramos que todavía le quedan a la humanidad alrededor de 40 años de petróleo disponible, considerando constante la tasa de producción actual. Lógicamente es de esperarse una disminución de los volúmenes disponibles de petróleo en la medida que el consumo crezca a un ritmo mayor que la adición de nuevas reservas, como efectivamente se ha observado en estos dos últimos años, sin embargo también es cierto que altos precios del petróleo favorecen las inversiones en exploración y producción por lo que habría que esperar el desarrollo en los próximos años de la relación reservas/producción para poder afirmar que realmente nos acercamos al fin de la era del petróleo.

Estos números demuestran matemáticamente que es prematuro pensar en crisis energética aunque esto no son más que tendencias que consideran constantes algunas variables, lo que si es seguro es que si el petróleo se acabara súbitamente el mundo entero caería sumido en un enorme caos que podría originar consecuencias inimaginables para la humanidad, por lo que antes de que esto suceda tendrían que surgir sustitutos a la generación de energía.

Si ponemos la lupa sobre los productos que realmente consumimos de manera directa para la generación energética, encontraremos tres grandes clasificaciones de uso:

1. Combustibles utilizados para aportar la movilidad al transporte, donde encontramos la gasolina, el diesel y los combustibles de aviación, quienes en conjunto representan aproximadamente el 60% del consumo mundial de derivados.
2. Combustibles para la generación de energía eléctrica, comúnmente conocidos como Fuel Oil, representan el 18% del total del consumo mundial de derivados.
3. Productos especializados como el Coque, los lubricantes, los gases de refinería, solventes y asfaltos aportan el restante 22% del consumo.

De estos tres grupos los dos primeros son los que se emplean directamente para la generación de energía por lo que vamos a descartar el último de ellos para analizar los posibles sustitutos del petróleo como fuente de energía primaria.

Empecemos analizando el grupo correspondiente a la generación de energía eléctrica y veamos cuales son sus alternativas y que tan pronto podría ocurrir el cambio. Dentro de los posibles sustitutos se encuentran compitiendo la energía nuclear, el carbón, el gas natural y las fuentes alternativas de energía como la hidráulica, la eólica, la geotérmica, etc.

• La energía nuclear ha visto un incremento en su producción en los últimos años, sin embargo por razones de seguridad se encuentra altamente cuestionada lo que la coloca en situación de desventaja frente a las otras.

• El carbón actualmente ha desplazado al petróleo en el Asia pacífico principalmente por el consumo que aporta China, sin embargo por ser un combustible sólido representa inconvenientes con su manejo, además de ser altamente contaminante, lo que ante el incremento de la presión pública por el calentamiento global pareciera estar descartado como sustituto inmediato del petróleo.

• El gas natural es entre los combustibles fósiles el más limpio de todos y en la actualidad es el más consumido en los países de la antigua Unión Soviética y algunos países de la Europa oriental. Para el año 2004 el consumo de este combustible superó la media de crecimiento de los últimos diez años y ha venido desplazando al Fuel Oil en el sector de generación de energía termo-eléctrica.

• Las fuentes alternativas de energía están siendo promovidas a nivel mundial principalmente en Europa donde se han promulgado leyes para favorecer su uso, no obstante dentro de este grupo la única que representa un consumo considerable en el mundo es la energía hidráulica que es consumida en mayor proporción en los países de Centro y Sur América.


De poseer la raza humana algún instinto de supervivencia, las energías alternativas deberían ser la solución, pero pareciéramos estar muy lejos de esa utopía. Varios pasos anteriores tienen que darse a la masificación de su uso y entre los sustitutos a más corto plazo del petróleo en el área de la generación eléctrica, las tendencias indican que el gas natural lleva la batalla ganada, por lo que resultan razonables los anuncios de desarrollo que ha anunciado el gobierno nacional en este sector, que no hay que perder de vista dentro de los planes estratégicos de la nación.

La pregunta que surge frente a la sustitución del petróleo como principal fuente de generación de energía eléctrica es que hacer con el Fuel Oil. Existen ciertas restricciones en el campo de la refinación que posiblemente estén retrasando su eliminación y tienen que ver con el uso que se le va ha dar a este combustible cuando pierda su valor comercial. Una refinería no puede dejar de producir este residuo al menos que cuente con equipos para transformar este producto en gasolinas y diesel, esta tecnología se denomina conversión profunda y presupone grandes inversiones en un sector poco atractivo por ser el más riesgoso en la cadena de valor del petróleo. Después del paso de los huracanes Katrina y Rita por el sur de los EEUU se han escuchado declaraciones del alto gobierno norteamericano reconociendo las debilidades en la refinación, producto de la baja inversión en este sector en los últimos cuarenta años, e inclusive se esta elaborando una ley para incentivar las inversiones en refinación, lo que podría acelerar los cambios a gas natural en la medida que se cuente con la capacidad necesaria de conversión de Fuel Oil a combustibles mas livianos.

Debido a estas restricciones pareciera que el cambio en el sector eléctrico ocurrirá mas lento de lo que esperamos, ahora bien, ¿que tan cerca estamos de sustituir la gasolina, el diesel y los combustibles de aviación?. La respuesta es…MUY LEJOS… Se han intentado algunas alternativas pero ninguna ha alcanzado el nivel de desempeño que brindan los derivados del petróleo a la movilidad. La esperanza parece estar cifrada en el hidrogeno en el cual varios millones de dólares se están invirtiendo actualmente en su investigación y desarrollo, inclusive por grandes compañías petroleras como la Shell y BP, quienes por razones económicas no van a permitir que ocurra la sustitución del petróleo a una fuente que ellos no tengan controlada.

Evidentemente la gran restricción al cambio energético mundial lo impone la sustitución de las gasolinas, diesel y combustible de aviación por representar el 60% de la generación mundial de energía y lógicamente por lo lejos que aún se esta de conseguir sus sustitutos. Mientras más alto se encuentre el precio del petróleo mayor serán las inversiones en el desarrollo tecnológico de las alternativas y más cerca estaremos de su sustitución como fuente de energía primaria, pero todo parece indicar que muchos años le quedan al petróleo.